El cementerio de las buenas intenciones.
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Autor: Pelayo Méndez.
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domingo, 23 de enero de 2011

La última foto de Robert Capa



Un hombre sentado en la mesa de una cafetería. Tendrá unos cincuenta años, barba, gafas sencillas, zapatos negros muy gastados que parecen más viejos que él, pantalones marrones de pinza, amplios, dos tallas más grandes de la que le corresponde. Frente a su café ojea un libro rebosante de marca-páginas de colores chillones. Pasa unas cuantas páginas, aparentemente al azar, lee tres o cuatro lineas y, como impulsado por una idea que ha encontrado entre ellas, se abalanza cientos de páginas en sentido contrario, hasta detenerse en otra marca de color. Desde donde estoy sentado no alcanzo a ver el titulo del libro pero por la imagen de la portada, el famoso miliciano de Robert Capa, imagino que habla de la guerra civil. Los movimientos del hombre se van volviendo cada vez más nerviosos. Al cabo de un rato ya sólo se desplaza de una página a otra sin detenerse tan siquiera el tiempo necesario para leer una linea, como si conociera el contenido del libro de memoria. Su lectura me genera un sentimiento a medio camino entre la admiración y la envidia. Bajo la vista hacia la novela que tengo entre las manos y releo de nuevo las primeras lineas de la página en la que llevo atascado todo el día.

El hombre se levanta, va hasta la barra, paga su consumición y comienza recoger sus pertenencias de la mesa. Guarda en una bandolera gris su teléfono móvil, el paquete de tabaco y después el libro. La cierra cuidadosamente y se queda mirándome un segundo, tal vez acaba de descubrirme espiando sus movimientos, o tal vez simplemente porque somos las dos únicas personas del local. Cuelga la bolsa de su hombro y sin apartar la vista de mi se dirige hacia la puerta de salida. Cuando se va pienso en la muerte del miliciano de Capa. El retrato de un hombre alcanzado al mismo tiempo por el disparo de un arma y de una imagen. No recuerdo su rostro, creo que hay una sombra en la foto que cubre su rostro aunque no estoy seguro. Recuerdo haber leído algo sobre las dudas de la autenticidad de la escena. Pistas que apuntaban a que se trataba de un montaje. Quién sabe. Qué importa. Recuerdo también otra foto de Capa, que durante unos meses tuve colgada en la pared de mi cuarto. Su última fotografía. Robert Capa murió en Indochina. La última fotografía que sacó muestra el terreno donde, unos metros mas tarde, pisó una mina.

Esta mañana, en el tren, encontré otra de las notas que escondías, entre las páginas de los libros que leíamos juntos. Tenía fecha de hace un año y no estaba firmada. Pero no te preocupes, ya me he desecho de ella. Ya no podrá herir a nadie más.

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