Sé que sucedió
Días de carretera y sueño, rectas infinitas, campos de Castilla, un cuerpo dormido a mi lado en el asiento delantero del coche, un despertar silencioso cuando en la radio del coche suena su canción. Ella la tararea y asoma un brazo por la ventanilla, deja que una mano vuele al viento mientras con la otra sujeta sus gafas de sol. Levanto el pie del acelerador, la observo mientras conduzco, tiene el rostro cansado, labios oscuros, piel morena, sus manos son pequeñas, sus uñas de colores, azules, blancas, verdes, sus gafas son negras, no tienen color.
Una y mil veces, en medio de aquel desierto, pregunta qué es ese charco de agua que aparece en el horizonte de la carretera y en el que nunca llegamos a mojarnos. Le respondo que es un espejismo, el sol contra el asfalto tratando de parecer agua. Ella no conoce aquella palabra, espejismo, y yo no sé traducirla. Trato de explicarme, no me entiende. "De todas formas", contesta volviendo a su sueño, "no está bien que el sol quiera ser espejismo" y la palabra suena en sus labios como si nombrara algo nuevo y único, algo que nunca más volverá a existir.
Son días amplios de verano, el coche flota suave sobre el horizonte, algunos árboles acompañan su paso durante unos segundos, después van quedando atrás. Ella, con su mano al viento, señalando el cielo del norte, parece decirles adiós.
Una y mil veces, en medio de aquel desierto, pregunta qué es ese charco de agua que aparece en el horizonte de la carretera y en el que nunca llegamos a mojarnos. Le respondo que es un espejismo, el sol contra el asfalto tratando de parecer agua. Ella no conoce aquella palabra, espejismo, y yo no sé traducirla. Trato de explicarme, no me entiende. "De todas formas", contesta volviendo a su sueño, "no está bien que el sol quiera ser espejismo" y la palabra suena en sus labios como si nombrara algo nuevo y único, algo que nunca más volverá a existir.
Son días amplios de verano, el coche flota suave sobre el horizonte, algunos árboles acompañan su paso durante unos segundos, después van quedando atrás. Ella, con su mano al viento, señalando el cielo del norte, parece decirles adiós.
1 comentario:
Hola!
Soy nueva en esto de los blogs, y yendo de uno a otro, buscando inspiración para el mío, he llegado hasta aquí (no sé ni cómo ni porqué). He echado un vistazo, y sólo quería saludarte y felicitarte por el blog.
No es un comentario muy coherente, pero llevo demasiadas horas despierta, jajaja.
Saludos!!!
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