Sin pedir permiso
Sucedió sin previo aviso
como la noche
bastó el silencio
para confirmarlo
y las preguntas calladas
de aquel sequito de hombres
que nunca antes
había coincidido
o tal vez sí
tal vez, apretados
en cualquier vagón del metro
intercambiaron sin saberlo
las miradas que ahora posan
sobre ese cuerpo sin vida
que yace en la acera
y vierte,
sin pedir permiso
sangre en las alcantarillas
3 comentarios:
Que buen poema, te lleva y te trae, solo para dejarte en el piso suavemente.
oh! inquietante, sin duda. Y bueno.
Me gustas, Pela. Mucho.
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