Una esquina de Chelsea, NYC

El mundo se acababa
o tal vez sólo el día
- no recuerdo -
sombreros de colores trajo el cielo
nuestros sueños cogían
su taxi en las esquinas
en un portal sentados
muy cerca de la décima avenida
fumando un cigarrillo y esperando
a ver como la lluvia
robaba a las muchachas
de las calles de Chelsea
Allí nos conocimos
hace ya quince años
imaginando faros en la niebla
con forma de lecho de mujer
El sexo helaba el cuerpo
cuando nos despedimos
no volvimos a vernos
He vuelto esta mañana a aquellas calles
recordaba el Half King
donde según contaste
solía emborracharse Kerouac
Hoy me han dejado entrar
ya no somos menores
(si es que sigues vivo)
podemos declarar nuestros venenos
Pedí una cerveza y en la barra
esperaba quizás aparecieras
que ingenua es la memoria algunas veces
en su lucha incansable
con la imaginación
por suerte queda el texto, en él por siempre
nuestra eterna promesa de sincronicidad

PD: Brinde a tu salud
no nos perdimos nada
- al menos esta vez -
dentro no había libros
ni mujeres hermosas, con boina
y aspecto de francesas
sólo un televisor donde el United
vencía en la final de la Copa de Europa
al Chelsea Football Club