es tarde

es tarde
de un día cualquiera
desde 1995, todos son días cualquiera
leo sólo, como cada noche en casa
hasta que el cansancio vence
me asombran desde siempre, ya lo sabes
todos los escritores, empeñados
en atrapar las moscas de las horas
con su tela de araña
nadie lee lo escrito en los libros, tú decías
y cuando alguien lo hace, deja de ser real
hoy nieva sobre la ciudad
es una nieve de primavera
"sólo sucede cada cincuenta años"
me comenta, de pasada, una mujer en el metro
mientras esconde su cabeza
en una revista del corazón
me hubiera gustado que estuvieras aquí
me hubiera gustado estar allí
que nos sorprendiera la nieve
caminando por las calles
que nos refugiara, en cualquier café del centro
para escucharnos sin prisa
pero los días hoy tienen horario de oficina
los tuyos tu familia, me han contado
y creo que los niños, según dicen
también dan su trabajo
el caso es que volví, hoy sin reparo
como esos escritores empeñados
como la blanca nieve que cubre la ciudad
tras su prudente espera
a refugiarme en tí, tan sólo un rato
ya ves, no lo he dejado
y algunas noches vuelvo
poco a poco
a arañar manchas negras
encima de la nieve
que ha tapado
lo que debimos ser
los libros, tú decías
son páginas en blanco
que están por escribir
y yo, no lo he olvidado