El cementerio de las buenas intenciones.
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Autor: Pelayo Méndez.
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sábado, 12 de abril de 2008

Desvío

En un vagón de metro. Dentro de un libro.
En este contexto seudo-antagonista es donde se plantean las cuestiones a favor y en contra del divorcio, sobre la droga, los espaguetis, la nacionalización, el auto-stop, el amor en grupo...;

- Disculpi.

Levanto la vista. Frente a mi una mujer rubia un tanto ajada sostiene un micrófono en forma de ciprés. A su lado un cámara de televisión me apunta con su objetivo.

- ¿Està llegint? - me pregunta la periodista acercándome el micrófono.

Bajo la vista y miro el libro. Luego la miro a ella. El cámara se desplaza hasta situarse justo detrás de la periodista. Miro de reojo el objetivo y comprendo que la pregunta no va dirigida a mi.

- Si, claro - respondo.

- ¿Li importa que li fem unes preguntes?

Dudo. Cierro el libro y miro el título del libro. Siento que no es el mejor momento.

- Claro pero... no hablo catalán.

- No importa ¿lo entiendes no? - insiste la mujer.

Pienso en contestarle que como no lo voy a entender hablando castellano pero la cámara me intimida.

- Si, si - acierto a responder.

¿Qué estas leyendo? - invade la periodista fijando la vista en mi libro. ¿Qué ha pasado con el catalán? Lo cierro y le muestro la portada.

- Una historia crítica sobre vanguardia artística de mitad de siglo, los situacionistas.

Parece desconcertada. Vuelve a mirar el libro y me mira a mi.

- Pero esto es...

Silencio.

- ¿Especializado? - aventuro.

- Ya claro, ensayo - responde ella. - Y.. ¿porqué lees esto? ¿tiene que ver con tus estudios?

Hay que joderse. Necesitaría un año para explicártelo y encima tienes una cámara apuntándome ¿por qué leo esto? Podría hablarle de... ¿qué clase de pregunta es esa? ¿qué tiene que ver con mis estudios? Pienso en todo ello y abro la boca.

- Más o menos, - sale de ella. No está mal.

La mujer me observa confusa. Nos quedamos mirando.

- Entonces... es por tu trabajo.

¡Claro! de eso se trata.

- Si.. - miento. - por eso es.

- ¿Lees mucho en el metro? - continúa volviendo a su guión.

- Si, - miro a mi alrededor, los otros viajeros nos observan - pasamos muchas horas aquí dentro.

La periodista hace un gesto un tanto airado, como de cansancio.

- Bueno, muchas gracias - me dice afablemente y le hace un gesto al cámara, este se coloca a mi lado y comienza a grabarme. Miro hacia la cámara pero automáticamente bajo la vista al libro y reprento mi papel. Pasan unos segundos, después el cámara se va. Vuelvo a cerrar el libro y contemplo la portada. Un sentimiento de vergüenza me impide contener una sonrisa. Vuelvo a leer. He perdido el hilo.

Al revelar su carácter fragmentario, la praxis revela al mismo tiempo la totalidad real (la realidad), pues la totalidad se realiza mediante su contrario, es decir el fragmento...

No, no estaba en esta página. Levanto la vista hacia el vagón. Al fondo la periodista y el cámara asaltan a una mujer que sostiene "Los pilares de la tierra" en sus manos. El metro se detiene en una estación y una nube de personas lo invade haciéndome perderlos de vista. Se les ha olvidado preguntar si también leo en el mundo real. O tal vez no.

1 comentario:

Guillermo N. A. dijo...

-
Uno no es uno cuando "lee"...

Saludos...
-

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