El dilema del erizo.
SOSPECHOSOS: 7a. Entrega.
Editorial KALA.
Editorial KALA.
Despertó del sueño, un bache en la carretera, pero estaba en una habitación. Una estancia amplia, de paredes pálidas y techo alto. La luz, de no haber estado cautiva tras una cortina, habría tenido problemas para borrar las sombras de las esquinas del cuarto. Al enderezarse descubrió frente a la cama, una silla sobre la que descansaba su ropa. Se levantó y comenzó a vestirse. Cogió las llaves y el paquete de cigarrillos que estaban sobre el televisor y los puso en su bolsillo. Faltaba algo. Miró a su alrededor tratando de averiguar que era pero no logró descubrirlo. Después fue hasta la mesilla de noche y abrió los cajones. En cada uno de ellos había un reloj, ninguno funcionaba. Fue entonces cuando reparó en el teléfono, estaba en el suelo, junto a la cama. Descolgó el auricular y desde el fondo de la línea una voz le preguntó que deseaba. "Café", contestó y al escuchar su respuesta supo que era lo que faltaba...
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