Beatriz,
Gracias por tu carta que encontré esta tarde en el fondo de un caja de zapatos aquí los días transcurren sin pausas para la publicidad el televisor hace semanas que no funciona pero a cambio por las tardes se escucha un piano a través de la pared esta noche hay un poco de arroz y algunas setas, cigarrillos, dinero para cerveza las nubes poco a poco van acercando una tormenta, así que podré dormir entretenido por el sonido de la lluvia cuando cierro los ojos sólo encuentro rostros redondos en la oscuridad, me gustan porque no parecen crueles un gato se asoma de vez en cuando a la ventana, me observa pero cuando lo descubro sale huyendo tumbado en el sofá me inyecto en vena cuentos y poemas en la sangre burbujean sus imágenes y me hacen sonreír a ratos las cuentas pendientes están en números rojos nuestra historia hace tiempo decidió que no se le podía pagar a plazos no nos quedan metas por alcanzar juntos, pero sí formas ensayadas de llegar a ellas cada minuto que pasa es un desvío menos hacia ti que decido no tomar aunque aún queda la esperanza de poder volver a verte como eras cuando escribías aquellas líneas y firmabas con un beso ese seguirá siendo un mal que no tiene remedio que le vamos a hacer, no todo podía ser perfecto.
1 comentario:
La maldita esperanza...
Todo sería más fácil sin ella...
si es que acaso algo puede ser... sin ella...
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