En la ciudad.
Lo difícil es pensar,
conservar la verdad a mano
cuando despiertas.
Vestirse, cada día, con los engaños
del sueño compartido.
Perderse a tientas en los amores,
y en los bosques,
y en los ríos.
Rebuscar en la basura de las calles
besos escondidos bajo la piel de los extraños.
Lo difícil es hablar del mar y de la luna,
saber callar, después del último verso.
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