Musa
Es tentadora esa sonrisa
que se adivina bajo tu sujetador,
las ganas de olvidar
que desprenden tus labios
mientras paladean mis ojos, a escondidas,
historias rebuscadas
capaces de contarnos.
Mañana, cuando despierte,
y encuentre en mi memoria
- podrida ya de alcohol -
lágrimas sencillas en mitad de la noche,
reproches y lamentos,
la puerta que se cierra al fondo de la casa.
Sabré que no era esta una de tus noches dulces
- de besos y de risas -
para mi destinada,
tan sólo tu manera
de poder enterrarlas.
No importa pues mis versos
tendrán ya sus palabras.
Sabré como decirte (secretamente)
Gracias.
1 comentario:
Basta que alabe tu blog vía telefónica para que tardes cinco malditos días en actualizarlo. Y encima te comento que la poesía es lo que menos me gusta y publicas un poema.
Cabrón malnacido... te odio.
Bueno, no. Saber que soy tu "muso" tienes estas cosas. Te querré siempre. ;-)
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