Gràcia.
Desaparecieron las horas
entre paseos e intentos de vida.
Ya han llovido los deseos
como vasos de plástico
sobre la acera rota.
La ciudad calla.
Ella dice que ha de regresar a casa.
Tal vez mañana, piensas,
olvidando que el agua de las mangueras
borrará su rastro.
Besas sus ojos callados,
luz verde en el horizonte
y en sus apagados labios, eterno,
¿dónde vamos?
1 comentario:
un beso enorme y gracias por los animos.
Sigue escribiendo que mola mucho.
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