Otras cosas
- He pasado el día pensando en ella. Por la mañana trate de resistirme. Desayuné en el bar de las tartas de chocolate que guardo para los domingos. Creo que el camarero sesorprendió un tanto al verme. Es miércoles pensamos los dos pero ninguno dijo nada. Fingía leer mientras me preguntaba ¿por qué te haces esto? Hay más cosas en el mundo, tienes que centrarte en ellas. Tu trabajo está bien, pronto harás ese viaje que tanto deseabas, quedan tanto por ver. No funcionaba. Apenasprobé la tarta y cuando el camarero vino a llevársela me miro con reproche. No debería estar aquí, lo sé, le dije en silencio. Después se fue. La oficina fue un infierno. El teléfono no paraba de sonar y cada vez que lo descolgaba esperaba oír su voz al otro lado. Tuve que conformarme con el comercial de Castellón que se había quedado sin existencias o la secretaría de fulano de tal que necesitaba confirmar una cita. No fue justo. A la hora de comer rechace la invitación de mis compañeros y me dedique a pasear sin sentido. Aquello me sentó bien, volví al trabajo confiado. Trabaje como el mejor, como si fuera mi primer día allí. Las horas volaron y cuando cerré la puerta de la oficina tras de mí me sentí libre. Se había ido.
- ¿Y qué haces aquí?
- ¿Dónde?
- ¿Sabes dónde estás?
Me giro y contemplo el rostro de la chica que me hace la pregunta. Es bonita, me gusta como cae su flequillo sobre su rostro. Parece joven pero todo esta oscuro. Desvío la mirada hacia la habitación estrecha en la que estamos. Hay un poster de Klimt a los pies de la cama, el resto de paredes están tapizadas con fotografías. Demasiados rostros nos observan, pienso. Me vuelvo hacia ella, la beso.
- No -contesto, - no tengo ni idea de donde estoy.
Ella sonríe y me abraza.
- ¿Y qué haces aquí?
- ¿Dónde?
- ¿Sabes dónde estás?
Me giro y contemplo el rostro de la chica que me hace la pregunta. Es bonita, me gusta como cae su flequillo sobre su rostro. Parece joven pero todo esta oscuro. Desvío la mirada hacia la habitación estrecha en la que estamos. Hay un poster de Klimt a los pies de la cama, el resto de paredes están tapizadas con fotografías. Demasiados rostros nos observan, pienso. Me vuelvo hacia ella, la beso.
- No -contesto, - no tengo ni idea de donde estoy.
Ella sonríe y me abraza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario